domingo, 11 de noviembre de 2007

El 11m, los miserables y sus mentiras


El pasado 31 de Octubre se hizo pública la sentencia del juicio del 11m. Hace unas horas mientras veía diferentes programas de debate que se han sucedido en las televisiones respecto a la noticia, me he dado cuenta que la derecha no va a aminorar la marcha, ni en este tema, ni en ningún otro, hasta que nos vean "cautivos y desarmados". Hagamos una mirada a partir del 11 de Marzo de 2004 y veamos que es lo que ha ocurrido en este tiempo.

Todos recordamos lo sucedido la mañana del 11 de Marzo, la barbarie, los muertos, los heridos, el caos. Y recordamos a Aznar y Acebes insistiendo una y otra vez en que había sido ETA. Hago el inciso para comentar que hablaré muchas veces de recordar, ya que de eso se trata, el que tengamos la libertad de recordar más allá de las mentiras y la realidad alternativa que pretenden imponernos.

El gobierno del PP mintió premeditadamente apostando por la autoría de ETA por una cuestión electoral. Si era el terrorismo islámico la gente lo asociaría con la guerra de Irak, donde Aznar nos metió, y el PP perdería los comicios. El día 13 de Marzo la verdad se destapa, y cientos de miles de personas salen a la calle indignadas. Este es un punto clave. Al día siguiente el PSOE de Zapatero gana las Generales y el PP queda socialmente denostado.

Ya en los primeros días Esperanza Aguirre realiza unas declaraciones semi-golpistas donde deslegitima la victoria de Zapatero, ya que considera que la gente ha votado influenciada por el miedo. Este es parte del argumentario típico de la derecha: cuando la gente vota lo que ellos quieren, los ciudadanos son inteligentes, cuando no, los ciudadanos no saben lo que hacen y por tanto necesitan ser "tutelados". Esperanza Aguirre empieza a marcar el camino a seguir, en un momento en el que, recordemos, el poder en el PP valenciano se dirime a puñetazos entre sus afiliados. Aznar acaba de definir la estrategia en el congreso del PP del 2004 (desautorizando a Gallardón) y en su comparecencia en el parlamento, en esa en la que apuntaba, de nuevo a ETA, al decir: "Quienes planificaron estos atentados no se esconden en desiertos lejanos, ni en montañas remotas. No diré más". Pero dijo más, al menos en la intimidad.

La derecha española contempla con pánico las escenas del día 13 de Marzo. Aunque saben que el PSOE y Zapatero son el paradigma de la moderación, también saben que han llegado al poder impulsados por un rosario de manifestaciones estudiantiles (LOU), sindicales (Huelga general 20J) y político-éticas (Guerra de Irak). Y la derecha más inteligente, la que realmente manda en el país, sabe lo peligrosas que para sus intereses de clase pueden llegar a ser este tipo de situaciones. Cuando la gente se implica en política a nivel masivo, la gente empieza a exigir cosas más allá de votar cada cuatro años.

Es entonces, con un PP denostado, débil y acobardado cuando se impone la estrategia de utilizar el 11m, su tumba política, como arma arrojadiza. Parece difícil en este punto, ¿verdad?, pues como todos sabéis, lo consiguieron.

Se aplicó la máxima de Goebbels, ministro de propaganda nazi, de que una mentira repetida hasta la saciedad se convierte en verdad. El periódico El Mundo, y la radio de la Iglesia, la COPE, serían, entre otros, los máximos voceros e intoxicadores de la realidad.

Realmente, lo que menos importa, es la cantidad de estupideces conspiranoicas que se han dicho. Lo importante era repetirlas hasta la saciedad hasta que calaran en la derecha sociológica española como el sermón del domingo. De esta forma, los acusados se convertían en acusadores, se quitaban de encima la vergonzosa verdad de sus mentiras, y además se permitían el lujo de marcar la agenda política en base a la nada.

Hay blogs, que durante estos casi 4 años, se han dedicado de una forma encomiable a rebatir técnicamente cualquier pseudo-teoría de sinvergüenzas como Luis del Pino, principal autor de panfletos conspiranoicos. Desgraciadamente de nada vale. Una vez que el intelecto ha sido rebajado a escombros, no nos enfrentamos a personas, si no a zombies sedientos de la siguiente infamia publicada por El Mundo.

Regresando al día de hoy, hay que decir, que por encima de la sentencia del juez, escrita en 600 folios, la versión que primará será la de la omilía de Pedro J. o la sharia de Jiménez Losantos. Hace unas horas veía diversos debates que se han desarrollado en televisión sobre este tema, en todos ellos, los creadores de realidades alternativas pedían insistentemente:"Que se supiera la verdad y se llegara hasta el fondo de la investigación". Vuelvo a insistir en la idea. Ninguno de ellos hacía una acusación concreta o desvelaba una información que fuera a cambiar el rumbo de la historia. Se refugiaban en una serie de vaguedades cuya única misión era añadir confusión a la verdad, nublar el juicio y transmitir el mensaje de que "algo nos ocultan". Mientras tanto, en un acontecimiento como este, nadie podía hablar sobre las mentiras de los cuatro días de Marzo o de la basura vertida en los medios y de la que ninguno de los manipuladores se hace responsable una vez es desarticulada.

No podemos mirar hacia otro lado. No podemos adoptar la actitud timorata de Zapatero, pidiendo unidad a quien le ha acusado, le acusa y le acusará, de tramar un golpe de estado en forma de atentado. Pero sobre todo, no podemos dejar que reescriban la historia a su antojo, no nos lo podemos permitir, no al menos otra vez. Si dejamos que de nuevo la derecha nos hurte la historia volveremos a 1939, donde a los fascistas se le llamaba libertadores, a la legalidad, sedición, a las víctimas, verdugos, y a los asesinos, héroes.

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